los matices
que apenas perceptibles
se difuminaban
en ese horizonte lejano.
Esos ojos casi aletargados,
hechizados por el silencio cegador
dieron paso a mi cosmos interior.
Rutinaria, sigilosa, atonal y ensordecedora
la noche se mostró ante mí.
Todavía la recuerdo;
serena y a la vez inquietante.
¡Tu reino me engulle!
¡Noche maldita!
👏👌
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