Viniste a mi mente
como una ráfaga de aire a la orilla del mar,
golpeando mi cuerpo desnudo y un tanto maltrecho
que en el transcurso de los años hizo mella palpable
Te invito a que te dejes llevar. Olvídate de todo por un tiempo nada más.
Viniste a mi mente
como una ráfaga de aire a la orilla del mar,
golpeando mi cuerpo desnudo y un tanto maltrecho
que en el transcurso de los años hizo mella palpable
Voy a intentar narrar una de tantas vivencias, experiencias, situaciones que se repiten en toda la zona de esa región del continente africano de donde yo procedo y podría decirse que mi historia seguramente pasará desapercibida como otros tantos relatos que la gente se aventura a realizar, pero no quise dejar
La luna roja al atardecer asoma,
como lamento del día que pasa.